Te des cuenta o no, tu realidad siempre es un reflejo de tu mentalidad. Piensa en grande y obtendrás resultados mucho mayores; piensa en pequeño y solo recibirás una fracción de lo que eres capaz de hacer.
Si quieres resultados mayores, tienes que aprender a pensar en grande. Si actualmente no estás experimentando lo que realmente quieres, la realidad es que tus creencias te impiden lograr más.
Para expandir las creencias que te limitan, debes estar dispuesto a salir de tu zona de confort. ¿Da miedo? ¿Cuál es la alternativa? ¿Quedarte donde estás indefinidamente? Eso puede ser igual de aterrador.
No se trata de hacer cambios solo cuando te apetezca. Se trata de hacer cambios radicales para obtener mejores recompensas. “Cuando se presenta una oportunidad emocionante, debes aprender a controlar el miedo y simplemente hacerlo”.
Mereces mucho más de lo que has estado experimentando, pero tienes que salir de tu zona de confort para recibirlo. No hay otra manera. Al expandir tus creencias, amplías tus posibilidades, abriendo la puerta a una vida mucho más plena y emocionante, llena de metas cumplidas.
“Nuestras dudas son traidoras y nos hacen perder lo bueno que a menudo podríamos obtener por miedo a intentarlo.” William Shakespeare
Quienes consiguen sus objetivos saben lo que quieren y tienen muy claro qué hacer para conseguirlos. No les interesa quedarse donde están ni acobardarse por miedo; solo quieren una cosa: el resultado final.
Ahora bien, esto no significa que tengas que pisotear a los demás para conseguir lo que quieres; pero sí necesitas dejar atrás los “peros” y las excusas de “no puedo” si esperas obtener resultados reales.
Ahora mismo, en este momento, depende de ti tomar una decisión. ¿Quieres quedarte donde estás o quieres algo diferente (y mejor)? ¿Qué tal marcarte como uno de tus objetivos “Mejorar tu nivel de Inglés”?
Si estás listo para avanzar, aquí tienes algunos consejos para crear un enfoque sin excusas para alcanzar tus objetivos.
El Principio de Pareto establece que el 80% de tu rendimiento debe basarse en el 20% de esfuerzo. En otras palabras, cuando se aplica correctamente, el 20% de tus esfuerzos puede producir el 80% de los resultados. Al aplicar este principio a todos los aspectos de tu vida, te sorprenderá descubrir lo contraproducentes que han sido tus hábitos. Si descubres que has estado invirtiendo el 80% de tu esfuerzo para obtener solo el 20% de rendimiento, haz algunos cambios para cambiar las estadísticas a tu favor.
Aprende a decir “no”. No tienes que decir que sí a todas las oportunidades que se te presenten, especialmente si no te acercan a tus objetivos. Si una oportunidad te aleja de tus objetivos o te distrae, di que no. Di que sí solo a las oportunidades que mejor te permitan alcanzar todos o la mayoría de tus objetivos.
Céntrate en tus objetivos. Piensa siempre y solo en dónde quieres estar. Cuanto más firme sea tu enfoque y más acciones positivas tomes, más rápido alcanzarás tus metas. Mantén la vista fija en el objetivo en todo momento.
Cuando adoptas un enfoque sin excusas en tu vida, dejas ir las cosas que te han impedido alcanzar el verdadero éxito.
Es fundamental para tu éxito despejar tu escritorio y tu mente del desorden innecesario. Al eliminarlo, tendrás el tiempo y el espacio mental para concentrar tu energía en las actividades más gratificantes que te ayudan a alcanzar tus metas.
No lo hagas más difícil de lo necesario. Mantenerte enfocado en las actividades que te generen mayor beneficio y que tengan la mayor probabilidad de ayudarte a alcanzar tus metas es fundamental para tu éxito. Esto te asegura progresar hacia lo que es más importante para ti.
Probablemente siempre habrá una brecha entre dónde estás ahora y dónde quieres estar, sin importar en qué etapa de tu vida te encuentres. Eso es parte de tu crecimiento y superación personal. El objetivo es mantener presente la imagen de tu vida ideal, siempre que puedas, y dar pasos positivos para llegar a ella por el camino más directo y corto posible.
El cambio siempre es el resultado de una acumulación de pensamiento y esfuerzo a lo largo del tiempo. Requiere tu enfoque, acción y persistencia constantes; pero está lejos de ser imposible. En los momentos de calma, puedes empezar a dudar de tu capacidad para hacer los cambios necesarios para crear lo que deseas, pero déjame asegurarte que puedes.
Los propósitos de Año Nuevo son una tradición muy popular pero la mayoría de los propósitos mueren antes de siquiera empezar. Tu historia será diferente. Entiendes lo que está en juego aquí: la vida que vives actualmente o la vida que realmente quieres.
Lo único que evitará que te rindas es mantener la motivación. ¿Cómo lo logras? Entendiendo el “por qué” detrás de lo que quieres. El “por qué” es el razonamiento, la justificación de la importancia de cualquier objetivo.
Quieres ganar más dinero. ¿Por qué? Porque quieres una vida mejor para ti y tu familia.
Quieres más tiempo libre. ¿Por qué? Porque quieres viajar y explorar las maravillas del mundo.
Quieres cambiar de carrera. ¿Por qué? Porque quieres la libertad de perseguir la pasión o el propósito de tu vida […]”
Quieres hablar bien inglés. ¿Por qué? Porque te brindará muchas más oportunidades a nivel profesional y personal ….
Hay un “porqué” detrás de todo lo que deseas, y cuando logras mantener esa conexión consciente, puedes mantener tu motivación incluso cuando la duda te aceche.
Recuerda: “Tu nivel de éxito es directamente proporcional a tu nivel de compromiso y acción. Nada sucede de la noche a la mañana.”